Los desesperados gritos de los fanáticos, que perturbaron el sueño de muchos de los vecinos del barrio Altos del Prado, no fueron suficientes para llamar la atención de Shakira, quien al mejor estilo de su más reciente éxito musical, se hizo la ‘loca’ y durante los tres días que estuvo en Barranquilla no les dio ni un saludo.
Más de 20 jóvenes soportaron desde el lunes en la noche todo tipo de incomodidades frente al edificio Bellagio, donde la cantante tiene un apartamento, esperando a que su diva les diera al menos un saludo desde su balcón. Pero no, ni la sombra de la intérprete de Loba pudieron ver.
“Aquí nos quedaremos hasta verla. No importa si no comemos”, afirmó Vanessa Portela, quien esperó a su ídolo desde el lunes en la noche.
Fue tanta la decepción y el cansancio de muchos de sus seguidores, que poco a poco fueron abandonando el lugar, por lo que se perdieron en la tarde de ayer la única oportunidad clara de ver a Shakira, justo cuando salió rumbo al aeropuerto Ernesto Cortissoz.
A la 1:05 de la tarde, la entrada y salida de personas en la recepción del edificio hizo suponer que la barranquillera estaría próxima a salir. Por eso, los fans y los periodistas se agolparon en las rejas del sótano del edificio para intentar captar alguna imagen de ella.
Pasados unos minutos comenzaron a escucharse gritos procedentes del sótano y podían verse las luces de los flashes de cámaras fotográficas. Lo siguiente fue la rápida aparición de la cantante acompañada de muchas personas que la abrazaban y se tomaban fotos con ella, y que la escoltaron hasta que se subió a una camioneta Hyundai Veracruz de color plata con vidrios polarizados.
La escena fue la prueba que terminó de desmentir las declaraciones dadas el martes por su padre William Mebarak, quien había asegurado a los medios que la artista no estaba en Barranquilla.
El personal de seguridad del edificio intentó despejar la salida del lugar, pero ni la prensa ni los curiosos se movieron. Por el contrario, obstaculizaron la salida de la camioneta, por lo que a Shakira no le quedó de otra que mover su brazo izquierdo haciendo una señal de saludo.
“¿Pero por qué no nos saludas?” fue la expresión que más se escuchó en ese instante. Sin embargo, la cantante hizo caso omiso a todos los gritos y emprendió su recorrido, que fue seguido a toda velocidad por los vehículos de varios medios de comunicación.
Al llegar 40 minutos después al aeropuerto, también fue abordada por los medios de comunicación, que se pegaron a la ventana del asiento del copiloto, en el que ella iba, e insistentemente le pidieron que bajara el vidrio para obtener un registro o un pequeño saludo. Pero al igual que ocurrió a la salida de su residencia, la artista no prestó atención a los llamados de la prensa.
La camioneta en que se transportaba entró hasta la pista del muelle internacional, donde se encontraba el avión privado de dos turbinas que estaba encendido y listo para despegar desde las 11:30 a.m. Su hermano Tonino se bajó inmediatamente del carro, y al dejar su puerta abierta, los espectadores pudieron divisar a la artista en el carro, lo que provocó los gritos de los espectadores.
La artista barranquillera se demoró unos minutos en salir del vehículo, mientras que sus familiares y amigos, entre los que se encontraba María Emma Mejía, exdirectora de la Fundación Pies Descalzos, ultimaban los detalles del vuelo.
Después de tanto esquivar a los medios, Shakira sorprendió bajándose de la camioneta para saludar sonriente a los periodistas y curiosos del aeropuerto que con sus cámaras y celulares registraban el hecho.
Contrariamente a lo que se esperaba, la intérprete de Ojos así, que vestía camisa negra, jeans y zapato de plataforma negros, se demoró unos 10 minutos en la pista mientras dialogaba con su padre, con quien parecía estar en desacuerdo en algo, a juzgar por los gestos que no ocultaron. Al final, la cantante lo abrazó, se chocó las manos con él, y recibió su bendición.
Así terminó la persecución de tres días a la estrella del pop, quien, tal como sucedió en Venezuela, dejó a muchos de sus seguidores sin siquiera verla, más en su ciudad natal, a la que había dejado ya sin el ‘sol’ de su tour.
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